El perdón es la llave de la felicidad

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Si vivo con miedo, no vivo.

Buscamos el Amor en los lugares equivocados, pero no pasa nada, todo está bien.

No necesito castigarme por lo que podría no ser.

 Al contrario, todos mis errores han resultado ser bendiciones porque me han llevado a buscar mi libertad.

El perdón libera mi mente. Me concentré solo en identidades separadas, cuerpos solitarios que deambulan por el mundo. Pensé que todo lo percibido es real. Le di realidad a los fantasmas del ego, permitiéndoles alimentar mi mente con dudas e historias ocultas. El perdón me ayuda a aprender a mirar más allá de estas ilusiones. El perdón me ayuda a mirar más allá de la fe en el pecado y la muerte. El perdón me libera de la culpa.

Cierro los ojos y busco silenciosamente la luz de la Divinidad que está detrás de cada imagen falsa. Parece que el enfoque obvio es pensar en las acciones de alguien que me ha ofendido y luego intentar perdonar la ofensa. Este es el enfoque típico del ego.

El verdadero ejercicio es ignorar cualquier hecho que alguien haya hecho y buscar la Luz en esa persona, ver más allá de las formas, porque las formas no son reales. Lo que parecía estar sucediendo era solo un sueño de ilusiones interactuando con ilusiones y no podía ser real.

Ejercer el perdón me enseña a mirar más allá de lo irreal hacia lo real, más allá de las sombras para iluminarme. Cuando me permito ver la luz en mi aparente enemigo y la identifico con la Luz de un amigo, es fácil para mí equiparar esa luz con la luz en mí misma. Mi unidad se hace evidente y en mi mente me uno a los demás. El perdón sucedió.

Esto solo hace la verdadera felicidad. Me libera del miedo. Me libera de creer en la muerte o que alguien pueda resultar lastimado. Me libera de la mente falsa que siempre busca la culpa.

Cuando la culpa desaparece, solo veo inocencia. Aquí está la paz. Aquí está el amor eterno. Aquí está la felicidad.

El perdón es la respuesta a todos los problemas percibidos. Cuando estoy enojada, triste o deprimida, el perdón es la respuesta. Cuando me siento sola y asustada, el perdón es la respuesta. El perdón levanta el velo de mi mente y restaura la verdad de mi identidad como parte de la Divinidad a mi conciencia y con Ho’oponopono podemos alcanzar nuestra meta del perdón.