Para sanar nuestras relaciones, primero debemos sanar con nuestro niño interior.
Ese niño que sigue viviendo en nosotros y que representa la emoción, especialmente las emociones reprimidas de la infancia, que experimentó el rechazo y el abandono de sus primeros lazos emocionales, especialmente de sus padres. Ese niño interior conserva las heridas sin curar, y que en muchas ocasiones pasan a primer plano en las relaciones.
La niña herida, cuando es adulta, inconscientemente razona con su pareja así:
“Ahora que eres mi pareja debes ser responsable de conseguirme lo que más necesito en mi vida y te encargarás de curar mis heridas”.
Al hacer esto te convertirás en un verdugo y serás emocionalmente dependiente o viceversa, ya que no sabes cómo darte amor a ti misma y realmente no sabes cómo amar.
Si te sientes abandonada o rechazada, no intentarás ver si realmente hay motivos para juzgar tu acción, no sanarás tus heridas de abandono y rechazo sino que proyectarás tu dolor en tu pareja.
Quizás lo que harás si te sientes abandonada sea rechazar a los demás, para que puedas hacerles sentir el dolor que te han causado.
No expresarás tus necesidades, las darás por sentado y esperarás que el otro las adivine y si no lo hace te enojarás.
Tendrás mucho miedo de que se vaya y sentirás un gran apego (adicción) hacia él / ella, ¿Por qué? ¿Quién te dará amor? No sabes cómo darte amor, nadie te ha enseñado, de hecho has aprendido a buscarlo fuera de ti.
Adoptarás el papel de víctima, si es necesario, para manipular a los demás a través de la culpa.
Deja de buscar “rescatadores” para darte el amor que nunca recibiste y no dependas emocionalmente de ellos, deja de cuidar a todos, esperando recibir un amor que no sabes darte; sal del rol de víctima y cuídate, eres un Ser maravilloso, vive con tu corazón bendito y puro, sé fiel a ti misma, recupera tu fuerza y sana autoestima. Solo a través de la conexión entre tu adulta y tu niño interior podrás hacer todas estas cosas.
El amor a ti misma cura el dolor de la infancia, ese dolor comienza a disolverse cuando le prestamos atención y comienza el camino para redescubrir tu esencia, tu auténtico ser.
Te espero en el curso del Niño Interior que empieza todos los lunes.